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Manualidades con la pita

Pasamos, pues, a enumerar algunos de los objetos que pueden realizarse con la pita.
La pita es otra fibra natural muy blanca y un¡: poco brillante. Se vende por grandes o pequeños ovillos en los establecimientos de cuerdas, mimbres y pajas. Existe, además, con diferentes gruesos.
En principio, los objetos que pueden construirse con esta fibra serían los mismos que pueden construirse con el esparto. Ahora bien, la pita es un material mucho más noble. No es lo mismo una alfombra de esparto que una alfombra de pita.
Tiene la ventaja, además, de que se puede lavar con ayuda de un cepillo, agua y jabón, y queda tan limpia, brillante y bonita como si fuera nueva.
En muchos establecimientos correccionales, el trabajo de la pita es uno de los más usuales.
Cuando se mira la pita, uno creería que es un simple cordel. Y en realidad es utilizado como cuerda en muchas ocasiones. ¡Cuántas veces habrá pasado por nuestras manos un trozo de cuerda de este tipo, sin ni siquiera sospechar la de cosas bonitas que se podían fabricar con él…!

FABRICACIÓN DE JERSEYS

FABRICACIÓN DE JERSEYS
La fabricación de jerseys, tanto a mano como a máquina, podría haber sido tratada en el apartado de labores. Pero hemos preferido dedicarle un espacio particular, debido a la gran variedad de prendas y objetos para regalo que pueden fabrirse, bien con el ganchillo, bien con las agujas de tejer.
Si nos tomamos la molestia de darnos una vuelta por las casas de moda, boutiques y otras tiendas del ramo, nos daremos cuenta de la gran aceptación que el punto tiene en todas sus versiones, tanto si es a ganchillo, como a punto de media a mano, o bien jerseys confeccionados a máquina.
Como ocurre con las máquinas de coser, si una señora o señorita se decide a comprar una máquina de hacer punto —de ésas que tanto anuncian en los periódicos—, junto con el aparato tiene derecho a una enseñanza gratuita sobre el mismo. Incluso muchos de esos anuncios que mencionaba, se comprometen a dar trabajo a la persona que ha adquirido la máquina, después de su aprendizaje.

FABRICACIÓN DE MUÑECOS PARA EL HOGAR

FABRICACIÓN DE MUÑECOS
Cuando hablamos de este tema no nos referimos, claro está, a la fabricación de muñecos en materia plástica, celuloide, cartón piedra y otras materias apropiadas para construir este tipo de juguetes. Un trabajo así no encajaría en un libro como éste, dedicado a las industrias caseras. La construcción de muñecos propiamente dicha requiere conocimientos especiales y una maquinaria que difícilmente resultaría asequible al particular. Ahora bien, hay otro tipo de muñeco, de trapo, por ejemplo, para cuya fabricación se requieren poquísimos elementos y una fuerte dosis de buen gusto. A éste dedicaremos nuestra atención.
No obstante, queremos señalar que existen fábricas que venden cabezas de muñecos totalmente terminadas y que, sabiendo cómo construir el cuerpo, puede conseguirse un muñeco completo de forma muy satisfactoria. Muchas de las muñecas ataviadas con trajes regionales están construidas de esa manera.
También existen muñecos en madera y en cartón que pueden resultar muy graciosos. A ellos dedicaremos unos párrafos.
Pero veamos principalmente qué problemas presentan los de trapo.
Los muñecos de trapo se construyen, como su propio nombre indica, con telas. Los géneros que han de utilizarse deben ser fuertes y de trama muy espesa. Si se escogen tejidos finos y de trama floja, a la hora de ser cosidos a máquina y abiertas las costuras, éstas presentarán entre puntada y puntada orificios pequeños que dejarán al descubierto el serrín, la viruta o los trocitos de goma-espuma con que ha sido rellenado el muñeco.
Así pues, utilizaremos géneros fuertes y de trama espesa. El fieltro, por ejemplo, es muy aconsejable.
La operación preliminar es la de confeccionar en papel un patrón para cada tipo de muñeco que se quiera construir, estudiando para ello las formas más simples y más graciosas. El buen gusto, como hemos dicho anteriormente, desempeña un importante papel en este tipo de trabajo.

Decoración barroco flamenoo barroco holandés

El barroco flamenco está signado por la obra y la personalidad de Rubens cuya influencia se irradia desde la pintura hacia todas las esferas del gusto de la época. La sensualidad y lo aparente, la visualidad y lo representativo aparecen por doquier. Las formas se hacen decorativas, se complican, se hacen dinámicas. El arabesco se juega en un trazado que produce un profundo halago sensorial. Y allí reside el secreto del fenómeno estilístico flamenco que puede visualizarse en su totalidad 3n la mansión que el gran pintor se hizo construir, en 1610. Esa casa coloca al espectador en el corazón del barroco flamenco. Pero no es la única. La arquitectura flamenca de la época constituye una adaptación local del alto barroco italiano y directa o indirectamente, por si mismo o por medio de sus alumnos, Rubens participa en ese movimiento del gusto de su tiempo que se respira, sobre todo, en Bruselas. No hay quizá lugar dondese note mejor el aporte del barroco que en la plaza principal de la capital belga. El viajero se encuentra allí en pleno siglo XVII. Las casas de las corporaciones, cuyos frentes están decorados con una sutil fineza, ponen de relieve la esencia del barroco flamenco. Las paredes, las figuras, los ornamentos y, por sobre todo, el clima de la presencia barroca que se desprende del conjunto, transportan al espectador a otros mundos y a otras vidas que protagonizaron la historia tres siglos antes. La exuberancia estética puede observarse en los edificios de la Plaza Mayor denominados «El Saco» y «La Carretilla», tanto como la llamada «Casa del Rey de España». Claro que el experto distingue rápidamente el adorno barroco de las dos primeras y las diferencia de la austeridad que demuestra la tercera. En aquéllas todavía subsiste la influencia renacentista mientras que en ésta hay cierta semejanza con el estilo italiano. Bruselas constituye, pues, una de las grandes capitales del barroco. La evolución arquitectónica sigue manifestándose en Flandes durante el siglo XVII en una línea que tiene como antecedentes a Fioris y a Vredeman de Vries, quienes produjeron una especie de renacimiento neerlandés». Pero, como consecuencia de la Contrarreforma penetra a principios del siglo el barroco italiano, que ariaba por fundirse con el gusto imperante entonces. De aquí surge el llamado barroco belga. El nuevo estilo aparece de comienzo al servicio de la Iglesia y se aplica a la construcción de templos. Si bien abundaron las reconstrucciones, también se edificaron, otros nuevos. En todos los casos, eran edificios espaciosos, con columnas a la manera de algunos italianos y se caracterizaban por la presencia de esbeltas torres, rematadas en cúpulas. Esas torres son la verdadera característica del barroco flamenco ya que no había modelos italianos de ese estilo.