
Aprovechamiento de las paredes para colocar utensilios y herramientas.
Uno de los principales obstáculos con que suele tropezar quien desea practicar la carpintería, bisutería o alfarería, por ejemplo, es el de carecer de un lugar apropiado para realizar estos trabajos. Muy poca gente tiene la suerte de contar con un taller instalado en el garaje o el sótano de la casa, donde poder dejar el trabajo a medias, sin necesidad de recogerlo ni guardarlo hasta que esté terminado. Y sin embargo, no hace falta disponer de mucho sitio para reservar un pequeño rincón donde trabajar. Si, además, se cuenta con espacio para guardar cosas cerca de la superficie de trabajo, será más fácil mantener todo limpio y en orden. En la mayoría de las casas, e incluso de los pisos, hay algún rincón libre en una habitación, vestíbulo, sótano o cobertizo, con espacio suficiente para instalar en él un pequeño taller o lugar de trabajo. Aparte de esto, lo único que se necesita es un tablero para trabajar y unos cuantos estantes.
Si ni siquiera esto fuese posible, aun queda la solución de construir un banco de trabajo plegable que sirva también como mesa de cocina y pueda recogerse cuando no se necesite. Antes de comprar o hacer una mesa de este tipo, conviene ver cuanto espacio se puede ganar aprovechando las paredes.
Básicamente lo único que hace falta es una superficie lo bastante robusta y resistente para trabajar en ella, y sitio para colocar las herramientas y recortes. No obstante, como casi todos los trabajos producen suciedad y cierto desorden, antes de elegir el rincón apropiado conviene considerar si se producirán limaduras, aserrín u olores penetrantes que puedan contaminar comestibles guardados en un armario próximo; por ejemplo, una despensa contigua a la cocina; y si el suelo es lo bastante resistente al desgaste, impermeable, fácil de limpiar o antideslizante, según convenga al trabajo en cuestión. Los lugares idóneos suelen ser los ya mencionados, pero hay que tener en cuenta asimismo que para trabajar hace falta una buena iluminación, por lo que conviene situar el lugar de trabajo cerca de una ventana o de un enchufe. Este último deberá estar en buenas condic:. nes y debidamente conectado a tierra. Si no hay enchufe y se sabe de antemano que se va a necesitar, es preciso instalar uno antes de montar la superficie de trabajo. La altura conveniente para el enchufe es de unos 30 cm por encima de dicha superficie. Colocar el enchufe a un lado para que no tropiecen con él las herramientas que se hayan de colgar encima del tablero. Si se tiene pensado colgar las herramientas de la pared o construir una mesa plegable de trabajo que quede apoyada en la pared una vez recogida, es preciso comprobar que la pared sea lo bastante sólida (la mayoría lo son).
No suelen ser apropiadas, sin embargo, las paredes de bloques de hormigón de algunos garajes, yaque a menudo van reforzadas con varillas de acero y resulta difícil taladrar en ellas. Otro inconveniente de los garajes de hormigón es que son fríos y propensos a la condensación, no siendo conveniente dejar las herramientas colgadas en un ambiente así, a menos que se protejan con una capa de aceite o laca para evitar que se oxiden. Al taladraren una pared, comprobar siempre que no haya cables eléctricos ni cañerías empotradas cerca del punto donde se ha de hacer el taladro. Al estudiar la mejor forma de habilitar espacio para almacenaje, considerar en primer lugar la posibilidad de colocar unos estantes. En Carpintería, capítulo 6, se facilitan algunas ideas al respecto. Listones. Sirven como soportes verticales para hacer una sencilla estantería. En las paredes de los garajes (siempre que no sean de bloques de hormigón) se pueden atornillar fácilmente unos listones para luego fijar a éstos unos estantes sujetos a unas pequeñas escuadras triangulares de contrachapado clavadas a los listones. Siempre es preferible utilizar tornillos en lugar de clavos, no tanto por la mayor resistencia de los primeros como por la facilidad con que se quitan y cambian de sitio. Si se utilizan las escuadras como soporte para tablas, conviene hacer el extremo frontal ligeramente inclinado hacia arriba para que éstas no se caigan. Cortar las escuadras de forma que sus bordes verticales queden apoyados contra la pared a ras de los listones.
Un sitio para las herramientas.
Para colocar los formones lo mejor es una tabla con varios agujeros por los que introducir la hoja, y otra tabla situada debajo, también con orificios, en la que alojar la punta de estas herramientas para proteger el filo y evitar accidentes. Los dientes de los serruchos, cuando éstos se cuelguen de la pared, deberán protegerse con una funda de plástico. Los recortes de madera pueden colocarse en un soporte especial que se hace fácilmente con unas tablas de contrachapado. Las dimensiones de los costados de contrachapado de este soporte pueden ser, por ejemplo, 25 cm de ancho en el borde superior y 10 cm en el inferior. Clavar estas piezas a los listones verticales y, a continuación, fijar un par de travesanos a la parte frontal de las mismas para sostener los recortes de madera.
Tablillas horizontales.
También se puede hacer un soporte para las herramientas clavando o atornillando a los listones unas tablillas horizontales de 12 x 25 mm con una sepración aproximada de 12 mm entre ellas. En este caso los ganchos pueden hacerse con trozos de perchas de alambre para ropa, dándoles la forma conveniente con unos alicates. Limar los extremos del alambre o hacer los ganchos dobles, de forma que los extremos del alambre queden por detrás del soporte.
Otra posibilidad es hacer unos taladros inclinados hacia abajo en las tablillas e introducir en ellos unas espigas cilindricas (clavijas) de madera, de forma que sobresalgan hacia arriba.
Las tablillas tienen la ventaja de ser lo bastante decorativas como para colocarlas en la cocina o el vestíbulo. Además, sirven para colgar cualquier cosa.