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Dormitorios ordenados

Poniendo orden.

¿El dormitorio de sus chicos es un verdadero desastre? No se avergüence ¡pasa hasta en las mejores familias!
Hablando en serio, es muy común que poner orden en el cuarto de los chicos sea una de las más pesadas tareas del hogar. Para aliviar un poco esa difícil misión, hay que saber organizarse:

Seleccione todo aquello que ya no usan llámese ropa, juguetes de cuando eran más chiquitos, útiles en desuso- y pídales que la ayuden a juntarlo para donar a alguna institución de bien público.

¿Se sacan la ropa sucia y queda tirada sobre la cama? Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma: ponga un cesto para la ropa sucia en su habitación, así ellos no tendrán excusa… y usted tendrá una parte de la tarea aliviada.

Los percheros son los mejores aliados para organizar la ropa de los chicos: pedirles que doblen y guarden la ropa del colegio que usan al día siguiente es una meta casi imposible. En cambio, si usted les instala un perchero detrás de la puerta, llegarán y colgarán la ropa de la escuela sin mayores problemas.

Las cajas plásticas de colores son una solución mágica: se apilan y listo. Puede disponer varias para que guarden en algunas juguetes, en alguna otra juegos de mesa, los vestidos para las muñecas en una más…
Va a ver que en poco tiempo notará la diferencia, y ellos también, ya que al buscar sus cosas y saber en qué lugar están, se sentirán gratificados y se involucrarán tratando de mantener el «nuevo orden impuesto».

Alfombras de pita

Las alfombras de pita pueden ser lisas o con dibujos. Si se desea de esta última forma, la única cosa por añadir a lo ya indicado es ir practicando con el cabo de pita los dibujos que se deseen, sean picos, ondas o espirales.
Otro procedimiento a seguir es realizar aparte dibujos que se complementen en formas y medidas e ir componiendo con ellos los dibujos de la alfombra, al irlos cosiendo.

Trabajos manualidades

Existen, además, una gran variedad de plásticos, tanto mates como brillantes, algunos de los cuales también imitan la piel natural. No nos será difícil encontrar, entre toda esta variedad de materias, la más adecuada para ribetear las piezas de rafia que queramos construir.
Veamos cómo debemos proceder:
Se coge la pieza de rafia, ya convenientemente cortada en la forma deseada, y se la encara en el mismo canto con la tira de piel, semipiel o plástico que, previamente, habremos cortado a una anchura de 2,5 cm aproximadamente. Las dos caras buenas, las del derecho, de ambos géneros, deben unirse de forma que mientras la pita nos presentará su lado derecho, la tira nos mostrará el izquierdo. Se cose en toda su longitud a mano o a máquina. Si es la máquina lo que se utiliza, nos permitimos aconsejar que el pespunte no sea demasiado corto ni que la aguja empleada sea demasiado fina. Una vez realizada tal operación, se da la vuelta a la tira hacia el borde de la rafia, para pasarla a la parte inferior de la misma. Una vez realizada esta operación, se pasará un segundo pespunte por la parte derecha de la rafia, al lado del borde del ribete, que se ha cosido anteriormente. Ni qué decir tiene que, al darle la vuelta a la tira, se ha de tener la precaución de que ésta sobrepase la medida del primer pespunte realizado; de lo contrario, el segundo pespunte no sujetaría bien el ribete.

Realización de muñecos de trapo

Para la realización de otros muñecos de trapo se procederá de la misma manera, teniendo en cuenta los adornos que cada uno debe llevar. Si se trata de un pato, por ejemplo, sería conveniente que el pico fuese de otro color que el cuerpo, lo mismo que las patas. Las alas tendrán que colocarse superpues tas, igual que las orejas en el caso del perro «salchicha».
Si lo que se confecciona es un pollito, habrá que añadirle la cresta, que se fijará a la cabeza, cosiéndola entre las dos piezas del cuerpo. Las patas del pollito se pueden fabricar de alambre, forrándola de lana amarilla a punto de ojal. Si queremos que el pollito se tenga de pie, deberemos finalizar sus patas de alambre en un redondel que después doblaremos para que sirva de base. Este redondel quedará perfectamente disimulado si, antes de finalizar el forrado de las patas con la lana, colocamos unas piezas de fieltro amarillo cortadas a tiras. Estas piezas quedarán sujetas al alambre por la propia acción del punto de ojal que se practica sobre el alambre, haciendo el efecto de la pata.
La fauna, por lo que se refiere a la confección de muñecos de trapo, puede ser reproducida casi en su totalidad, formando un ejército de la más atrayente vistosidad.
Deberá fijarse especial atención en la cola de los animales, pues si bien en muchos casos puede ser una continuación del cuerpo, otras veces habrá que hacerla por separado para superponerla después. En este segundo caso puede hacerse de alambre revestido de lana. Piénsese, por ejemplo, en la cola de un monito.
Otro elemento a tener en cuenta es la crin o melena, en el caso del caballo y del león, que muchas veces podrá formarse con hilos de lana. En este caso, los cabos de los mencionados hilos de lana podrán sujetarse en el centro, entre las dos piezas que forman el cuerpo.
La punta de la nariz, las uñas y otros pequeños detalles, que el buen sentido del constructor indicará, acabarán de dar realce a estas figurillas de la industria casera de la confección.
Naturalmente, también se pueden representar muñecos con forma humana. El procedimiento a seguir será exactamente el mismo que para los animales, sólo que los contornos deberán ser diferentes. El efecto del cabello puede conseguirse fácilmente con hilos de lana terminados en una trenza, por ejemplo, si lo que se ha querido representar es una niña. Una vez cortadas las hebras de lana con el largo y del color que se desee, éstas se fijan con un pespunte, unas al lado de las otras, en la mitad de la cabeza, donde coincidirá también la mitad de cada hebra. Si,.como hemos dicho más arriba, después se hacen dos trenzas, exactamente como se peina a una niña, el efecto resultará perfecto.

LAMPARAS COLGANTES

obre la mesa
Una simple lámpara de úpula, «personalizada» ¡radas a un gran añuelo de colores vivaces: m sistema conocido desde lace mucho tiempo y muy isado, sobre todo, para iecoraciones «rústicas»,  ¡ero simplísimo y, lormalmente, de buenos esultados.
Lámparas de :asquete, en acero satinado 5 barnizado que permiten jna excelente iluminación ie todos los comensales, ‘mportante para tal fin, oero generalmente descuidada, es la correcta altura desde tierra. La lámpara debe ser instalada de modo que no encandile a quien se desplace por el lugar: o sea a una altura de tierra alrededor de los 160 cm. Una polea, como la que poseen muchas lámparas, permite variar a voluntad la altura de las instalaciones lumínicas.
Si hay que desplazar en parte el «punto luz», se podrá recurrir, como aquí, a un caveto de acero fijado a una anilla: solución no sólo simple, sino incluso estéticamente válida.